Hace escasos meses comentaba en los medios que no tenía claro volver sobre La Haine, porque "en estos tiempos es muy difícil causar una impresión duradera" y porque " La Haine 2 sería muy violenta y no sé si la sociedad la aceptaría", e incluso advertía que estaba pensando en dejar el cine porque "nunca haré nada tan bueno como aquella película". Pero los atentados del pasado 7 de enero en París han sido la chispa definitiva que el director necesitaba para ponerse a trabajar cuanto antes.