«Tomen nota, guionistas y productores», gritó uno de los espontáneos, que responde al nombre de Paco. Fue él mismo quien justificó el asalto quejándose de que «nunca nadie nos escucha, y eso que tenemos anécdotas buenísimas...». Blindados por un «ejército de cuñados» que se parapetaron entre el público y el escenario, haciendo imposible que el equipo de seguridad accediera a la zona, los espontáneos contaron anécdotas de la mili, «trastadas» protagonizadas por familiares suyos y otras historias enrevesadas y sin aparente hilo conductor.