La primera vez que fue a declarar a la Policía, Igor se presentó en comisaría, cabeza en alto. Su padre le pagó el mejor abogado que pudo. "Era curioso porque mientras los agentes le convencían amablemente de que cerrara su página web, también reconocían que veían los partidos de fútbol a través de ella", aseguran en su entorno más íntimo. "Después llegaron los representantes de las cadenas y le amenazaron. Le decían que lo iban a arruinar. Ni se inmutó. "Eso lo dirá un juez", les dijo.