El ser humano siempre ha tenido una extraña fijación por la destrucción, desde ver como se derrumba una construcción, hasta el caos provocado por fenómenos naturales como incendios o huracanes, ver este tipo de desastres nos provoca placer y hasta un sentimiento de relajación, y no es que se trate de algo malo, está en nuestra naturaleza y por ello, poseemos esa curiosidad hacia el origen y causa de las cosas.