El primer punto que deja claro es que, cuando de remuneración se trata, en la Iglesia hay una diferencia clara entre los sacerdotes y los monjes y monjas. Los primeros tienen un sueldo asignado por el obispado, que se encarga —señala la youtuber— de velar tanto por "su espiritualidad" como por que "puedan vivir". La cosa es bastante distinta en el caso de los segundos. "Somos autónomos totalmente", revela sor Marta: "No recibimos ningún sueldo de ningún sitio. Ni del Estado, ni de la 'X' de la Iglesia, ni del obispado, ni de nada".