Con el tiro de cámara de un maestro como John Ford y el talento de su inseparable John Wayne frente al objetivo, que Centauros del desierto (1956) esta destinado a convertirse en clásico parecía fácil. Pero, realmente, el gran cineasta del western americano tuvo que enfrentarse a muchos obstáculos para que la industria acabase elogiando su obra como merecía.