n 2003, la ciudad inició unas mastodónticas obras para expandir hacia el norte la red de metro local. Como resultado, los operarios tuvieron que drenar parte del río y de sus canales adyacentes, ofreciendo un particular vivero para los arqueólogos del país. Reposando sobre el lecho yacían más de 700.000 piezas arqueológicas depositadas a lo largo de los siglos. Hoy, cinco años después de que finalizaran las obras y de que un proyecto municipal las catalogara con detalle, podemos disfrutar de todas y cada una de ellas en "Below the Surface".