Si alguien nos pregunta por figuras mediáticas incómodas para el poder, enseguida saldrán nombres como Jordi Évole, El Gran Wyoming y El Roto, dedicados a denunciar el funcionamiento depredador de las élites españolas. Seguramente resulta mucho más subversiva y desconcertante la figura de Paula Vázquez (La Coruña, 1974), una rubia escultural que tenía todo para convertirse en mujer florero catódica pero que decidió rebelarse contra su destino.