Los juegos de Hideo Kojima se caracterizan, entre otras cosas, por su uso constante de secuencias de vídeo para narrar la historia, acercándose en muchos casos más a ver una película (algunas han superado la hora de duración) que a la típica CGi explicativa que emplean otros creativos. La puesta en escena de Metal Gear Solid y sus continuaciones desvelan a un creador con buen ojo para este medio, tanto que se le ha llegado a considerar un 'director frustrado'.