Primero vinieron a por las barbies y yo no dije nada, porque no era una Barbie; luego vinieron a por Mr. Potato y ya han conseguido que la juguetera Hasbro le retire el tratamiento de "señor" al tubérculo de plástico, para no traumatizar a los pobres guajes con estas cosas del género. La sección norteamericana del pensamiento unicornio está que se sale, como siempre. Tienen la fe del converso o, más bien, el cariño del progenitor B por sus criaturas, los "estudios culturales", que han integrado con éxito en múltiples campus estadounidenses.