En Haumoana, un pueblo de la costa este de la Isla Norte de Nueva Zelanda, el mar lleva años reclamando el trozo de terreno donde están asentadas varias casas y donde vivir se ha convertido en sobrevivir especialmente cuando la marea es alta. Los días de tormenta y de fuerte oleaje, esta hilera de casas soporta olas de hasta 6,5 metros de altura chocando contra los muros de hormigón y hasta rompiendo ventanas. Exigen al ayuntamiento que construya un rompeolas y les brinde mayor protección. Cundo hay tormenta los tienen que evacuar.