Tiene una debilidad por los personajes singulares, a los que retrata con sensibilidad y cercanía. Son seres fuera de los cánones corrientes: ancianos, mendigos, perdedores o héroes sin causa que deambulan por las calles de Nueva York. Donato Di Camillo es un fotógrafo autodidacta que cogió una cámara por primera vez a los 43 años, tras salir de la cárcel.