La historia acabará hablando de esta ola de frío y las temperaturas lo avalarán con cifras récord que ponen los pelos como escarpias (nunca mejor dicho). Si echamos un vistazo a cómo están amaneciendo las principales ciudades del norte de EEUU, parece más bien el escenario de una película de ciencia ficción sobre desastres naturales.

En Rusia las olas se congelan de forma instantánea. Descripción gráfica de ola de frío.

Hola, feliz domingo de agosto. La Policía Nacional localizará y abatirá a todos los gallegos que digan «pues aquí se está fresquito». Presumir de temperaturas agradables en plena ola de calor no es constitutivo de delito, pero sí se considera una práctica punible y de una bajeza moral gravísima. Las autoridades han incrementado al doble el número de efectivos que tienen en Galicia para evitar que los gallegos vayan presumiendo de frío.

El espectáculo de las olas gigantes llegó una vez más hasta Ribadeo, donde la onda conocida como Panchorro elevó el mar hasta cotas de unos 8 metros, lo que permitió a dos surfistas de reconocido prestigio en estas condiciones de mar mostrar todo su repertorio ante un buen grupo de gente que se dio cita en los puntos donde se podían ver sus evoluciones.

¿En qué preciso momento el calor dejó de ser un afrodisíaco, un detonante del instinto básico, para convertirse en una profilaxis del deseo? Hace unos días volví a ver Fuego en el cuerpo (1981), ese clásico protagonizado por Kathleen Turner, William Hurt y las altas temperaturas del verano en Florida (EE UU). El calor es fundamental en la historia, es el estilista de las blusas escotadas y vaporosas de la protagonista, supura por las noches en forma de deseo e impide dormir a la gente, que gasta su tiempo en ocupaciones más cinematográficas.

Los gallegos que aclaren que duermen con mantita y todo serán torturados y se les obligará a pasear descalzos por las calles de Córdoba entre insultos de la muchedumbre. “Cualquier castigo me parece poco para estos indeseables”, reconoce Xavi Puig, vecino de Madrid que está sufriendo las altas temperaturas desde hace días y que ha vivido en sus propias carnes la desconsideración de los gallegos.

El partido comenzó a -16º y concluyó con una sensación térmica de -29°. El entrenador hondureño cuestionó la decisión de EE.UU. de trasladar el partido a Minesota, "no es normal, es inconcebible que un poderoso en todos los sentidos te traiga acá para hacer un partido y sacar un resultado". Dos jugadores hondureños tuvieron que ser sustituidos en el descanso con síntomas de hipotermia.