Corría el año 1937 y una empresa farmaceutica llamada Massengill Company acababa de desarrollar un nuevo fármaco al que llamaron Elixir de Sulfanilamida que servía para solucionar el catarro y el dolor de garganta. Su sabor a frambuesa era para hacer agradable la ingesta en niños pequeños y bebés. La compañía envió 633 pedidos por todo el país y en menos de un mes ya había cosechado más de 100 vidas. Y es que resultó que para hacer la mezcla usaron anticongelante.