Esta conversación tuvo lugar en el marco del proyecto Máquinas de vivir que se presentaba en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, en noviembre de 2015, en el formato de taller-laboratorio. El Niño de Elche (Francisco Contreras, Elche, 1985) estaba allí para ofrecer una actuación. Algunas de las cualidades del trabajo del Niño de Elche resultaban paradigmáticas para los propósitos de aquel espacio. El flamenco es un arte esencialmente escénico que, sin embargo, se exige también el no lugar del sin teatro.