A medida que los siglos se suceden, entre tantas y tantas maldades, los humanos nos las hemos ingeniado para hacer las mismas cosas de una forma mucho más sencilla, más cómoda, e incluso menos perjudicial para nuestro entorno. Hay ocasiones (no demasiadas, dicho sea de paso) en que pensamos en lo que más conviene al planeta en que nos ha tocado vivir. Por aquello de que nos dure algún tiempo más. Y porque, por mucho que pasen los años, nos gustará seguir tomando cerveza.