Básicamente, si os fijáis, la mayoría de las actividades que propongo parten de lo cercano, lo cotidiano, no hace falta hacer grandes cosas, ni ponerles a hacer deberes dos horas al día sin moverse. En la medida de lo posible, debemos hacer que nuestros hijos vean que lo que aprenden en el colegio es útil para su vida diaria, tiene un sentido, es significativo.