El mundo del porno se está reinventando y abriéndose a nuevos públicos, incluso a grupos tradicionalmente reacios a este tipo de contenidos adultos. La última comunidad en crear su propio estilo de pornografía es la cristiana. Un grupo religioso en Brasil, dueño de la publicación ‘El Salvador’, se quiere convertir en una productora de cine erótico para cristianos, con la idea de enriquecer las relaciones sexuales entre creyentes. Es decir, con el pretexto de educar, más que el de excitar.