A día de hoy, todos sabemos que Eagles of death metal no es más que un divertimento gamberro. Vamos, una excusa del señor Josh Homme -aquí tomando el protagonismo a bajo y batería especialmente, además de la producción- para descomprimir sus logros con los excelsos Queens of the Stone Age y aliarse con su colega Jesse Hughes, grabando cada cierto tiempo un compendio de canciones guarreras de hard rock garajero. Ellos dos se lo guisan y ellos dos se lo comen