Eran las ocho y media de la noche cuando mi teléfono sonó. Crucé apresuradamente el salón para ver quien llamaba. Sí, era él. Las mariposas se adueñaron de mi estómago y un nudo se alojó en mi garganta. Descolgué ¿Sí? Pregunté, aún sabiendo quien me esperaba al otro lado -Hola cielo, a las nueve te paso a buscar. Estarás lista ¿Verdad?- Dijo él -Sí, estaré lista, te lo prometo- Dije casi susurrando ¿Quién es él? El hombre que se adueña de mis pensamientos más impuros, Raúl...