En el momento en que intento transmitir una idea que no es “mainstream”, algo que se sale del pensamiento estándar, me doy cuenta de que mis interlocutores no están dispuestos a esforzarse en entender dichas ideas y cuestionarse si tienen sentido o no y por qué. La mayoría de ellos simplemente lo que quieren es que se les dé la razón, a poder ser repitiendo una argumentación de tenderete que ellos mismos han escuchado en la misma cadena de televisión, para así enlazar una obviedad tras otra y sentir que saben de lo que están hablando.