El proyecto de interiorismo de la vivienda de Zamora fue realmente complicado. Eme tenía un sueño: comprar una casa en el pueblo de su madre (San Pedro de Ceque) para estar cerca de ella y cuidarla. Con los ahorros de toda una vida, compraron una casa vieja. Como no había dinero para la reforma, sus hijos le dejaron el resto. Querían una casa familiar y asequible en la que pudieran estar todos cuando coincidieran de modo funcional y aprovechable. Querían poder reunirse el matrimonio, sus dos hijos, Alberto y Víctor, y la abuela.