La Coca-Cola sabor café, la comida congelada de Colgate (sí, Colgate) y el boli para mujeres son algunos de los rotundos fracasos comerciales de los que expone en su museo que más divierten a West. “El propósito no es ridiculizar estos productos fallidos, sino demostrar que la innovación siempre requiere fracaso igual que para aprender a andar tienes que caerte antes varias veces”, explica West. Cuando West empezó a coleccionar productos fallidos para sus talleres de formación a las empresas a las que asesora y surgió la idea del museo