En 1958 un estudiante del MIT, harto de recorrer un puente que llega hasta la universidad, estaba a cargo de las tareas para los aspirantes a ser miembros de su fraternidad. Se le ocurrió esta: Poner en el puente marcadores de distancia, pero no en unidades de medida tradicionales, sino en smoots, siendo un smoot la altura de uno de los nuevos estudiantes, a los que sus compañeros arrastraron por el puente para hacer las marcas. Y medio siglo después, la policía esas marcas para indicar el lugar exacto de accidentes de tráfico.