Hay un empate en la primera plaza. Se trata de Cruzcampo y Estrella Galicia. De la primera, el reportaje dice que "es mucho más afrutada que la mayoría de las cervezas británicas, lo que la hace deliciosa, pero aún así se pueden saborear muy claramente el lúpulo y la malta".

Una casa de ética reprobable lleva a la turba de Springfield a lo que mejor sabe hacer: Destruir cosas hasta que los calmen con una canción

Según los encuestados la sociedad española no está polarizada, en todo caso, lo están “los otros”. Para evitar la crispación social es “no dejarse llevar por los bulos de los otros y leer solo prensa independiente de los nuestros”. Ante la pregunta final de la encuesta, “¿Cómo acabaría usted con la polarización de los demás?”, la respuesta ha sido unánime: “exterminando a la otra parte”. Una idea que parece estar calando en algunos partidos y que quizás se incluya en próximos programas electorales.

En 1993, Bob Hoskins y John Leguizamo dieron vida a los fontaneros más famosos del mundo. Era la primera vez que un juego de ordenador se usaba como base para un contenido guionizado y, quizá, el origen de la leyenda alrededor del pésimo destino de las adaptaciones de videojuegos. Este presunto mal fario es entendible. A la mencionada Super Mario Bros —1993—, le siguieron títulos tan poco memorables como Street Fighter —1994— o Wing Commander —1999—.

Un tuitero vasco genera decenas de reacciones a partir de dos fotos y su apuesta por la cebolla que se hacen virales. ¿Habría forma de distinguir entre una tortilla de patatas y una española? ¿No son los mismos? El usuario de X (antiguamente Twitter), @Jainko_Barik plantea que son cosas distintas.

Viñeta satírica de Bernardo Vergara: El pueblo español.

Los ladrones van a la oficina es una serie de televisión cómica española, emitida entre 1993 y 1996 en Antena 3.[1] Protagonizada por actores como José Luis López Vázquez, Fernando Fernán Gómez, Manuel Alexandre, Agustín González, Anabel Alonso y Antonio Resines, la serie ganó un Ondas en 1993. es.wikipedia.org/wiki/Los_ladrones_van_a_la_oficina

La vida está llena de misteriosas (y maravillosas) incongruencias. Lo mismo vas por Ourense y te encuentras a un chaval con una camiseta de Neon Genesis Evangelion que te das un paseo por Tokio y te encuentras a un japonés con una camiseta de Mariano Rajoy con su mítica frase del "cuanto peor mejor". Pues ojo, que esto último por rocambolesco que parezca no es ficción, ha pasado de verdad. ¿Un fallo en Matrix? Pues parece que no. Atención a cómo cuenta una española lo que se ha encontrado en la capital japonesa.

Tras el éxito de la primera temporada, era de esperar que Amazon no tardara en anunciar la segunda de ‘Fallout’ en Prime Video. La serie, que consta de 8 episodios, ha hecho reverdecer viejos laureles para la saga de Bethesda, consiguiendo que miles de jugadores vuelvan a disfrutar de las aventuras en el Yermo, y uno de los juegos elegidos para ello será muy importante de cara a esta Temporada 2 de la serie del momento.

Había muchas esperanzas en el éxito de la serie de Fallout para Amazon Prime Video y las cifras están dando alegrías a Bethesda. La saga apocalíptica ha experimentado un incremento de su popularidad bestial y el mejor reflejo de ello es el aumento exponencial de las ventas de los videojuegos de la saga.

Preocupados por por las alarmantes noticias de la actualidad internacional pero también por sus impuestos, los españoles, y especialmente los autónomos, han pedido que se les aclare si va a haber una guerra mundial o no para saber si merece la pena o no presentar la Declaración de la Renta de este año. “Si para cuando la Renta me vaya a devolver el dinero, España es un yermo postnuclear, prefiero no hacer la Renta”, han dicho los ciudadanos.

Según la última encuesta del CIS, aunque la mayoría confirma que tumbarse en el sofá para ver series es su principal actividad de ocio, los encuestados reconocen que las tramas, las imágenes y los personajes «se confunden en una bruma homogénea».

¡Ya está aquí la primera temporada completa de Samuel! Las confesiones, miedos y motivaciones de un niño de 11 años plagadas de música, amistad y un primer amor.

Ha llegado el momento de la verdad. Casi 20.000 votos para elegir, de entre 60 candidatos y candidatas, a lo peor que ha dado España en su historia. Y lo tenéis tan claro que habéis elegido a dos fascistas de tomo y lomo, bigotillo ridículo y masculinidad frágil. Fuera han quedado gigantes de la españolidad más vomitiva como el Real Madrid entero –no os lo perdonaremos jamás–, Juan Carlos I, Isabel Díaz Ayuso o Eduardo Inda.

En el número 35 de la calle Piedrabola, en la remota ciudad de Piedradura, vivió el primer sinvergüenza de la historia. El personaje más vago, maleducado, sabihondo y protestón que un niño pudiera conocer se colaba cada mediodía en nuestras casas para ejercer sobre las almas cándidas la peor de las influencias. Él era Pedro Picapiedra. Pero no le juzguen. Era un hombre prehistórico, y en el Paleolítico escaquearse de sus obligaciones, fingir saberlo todo cuando se es un auténtico cazurro, llamar a tu mejor amigo «enano», coserlo a collejas o