Todo se ha desencadenado por las contradicciones en las que ha caído el helvético y por no haber aportado ninguna prueba de su escalada. Lo contrario de lo que cada vez es más habitual entre los alpinistas de la élite, precisamente para evitar estas engorrosas dudas. No existe ninguna fotografía de la cumbre (Steck asegura haber perdido la cámara), tampoco trazo de GPS (se le olvidó ponerlo en marcha)