España, país con más densidad mundial de bares, es tristemente uno de los pocos europeos en los que uno puede tomarse una cerveza en un establecimiento decorado con símbolos fascistas. “Spain is different”, ya lo sabíamos, y no hemos podido resistirnos a colgarnos la mochila al hombro y partir en busca de los locales más retrógrados y mostrencos, donde los nostálgicos admiradores de golpistas y dictadores pueden dejarse las cuerdas vocales cantando a voz en grito el “Cara al Sol” en pleno 2017.