Mientras todos los jugadores de España se fueron a abrazar a Iniesta, Marchena salió al centro campo para evitar el saque de Holanda. El relato tiene lugar en Johannesburgo, la noche que nos proclamamos campeones del mundo, y el hecho pasó inadvertido entre la locura por el gol de Iniesta. Mientras sus compañeros se abrazaban junto a un córner, Marchena fue, probablemente, fue el único español que no se abrazó a nadie. Nos estaba protegiendo. El caso es que Marchena temió que los holandeses sacaran de centro.