Si hubiese que escoger un momento especialmente patético de la etapa de La Cubilla fue cuando, en unos tendidísimos kilómetros finales, J. Rodríguez estalló y dijo “decían que no estaba pasando nada, y mira si están pasando cosas, eh”. Fue asumir como cierto, después de horas de propaganda sobre la fatiga, lo duro que es esto, que la carrera era y es una mierda, y que nadie se pierde nada por no ver este tipo de etapas. Tres etapas en Asturias, las tres prescindibles, las tres con amargura.