Los clubes de Primera y Segunda miran con estupefacción la polémica que el presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, ha abierto afirmando que su estadio tendrá público en la reanudación del campeonato, la semana próxima. Tanto han sorprendido sus declaraciones, agarrado a la normativa que rige la Fase 3 de la desescalada (eventos autorizados con un 30% de aforo), que está permitiendo el Gobierno al asunto, cuando todo el fútbol español asumía que la Liga se cerraría en formato condensado veraniego y con las gradas mudas.