La figura mediática de Saul Goodman, esa que lleva como escudo allá por donde va, su inexpugnable disfraz, acapara todo el metraje del personaje a lo largo de su marcado paso por Breaking Bad: en toda la trayectoria de la serie no se nos confían más lazos o particularidades que los pertenecientes a su vida laboral —y criminal—. Apenas un par de inoperativos machacas (Huell y Patrick), un asesino e investigador privado a sueldo (Mike), una rolliza secretaria (Francesca), un pasado marital infructuoso...