Aunque los sucesivos gobiernos ha recortado prestaciones en todos los campos, la presión social ha hecho que los discapacitados, tanto físicos como mentales, sigan disfrutando de una relativa, si bien insuficiente, cobertura. Esto es una ventaja sobre todo si ya eres de por ti discapacitado, físico o mental, pero hay documentados casos de hombres animosos que se han autoinfligido lesiones con el objeto de acceder a las prestaciones dedicadas a las personas con minusvalía, con mayor o menor éxito.