Estás tan tranquilo caminando por el mapa, enfrentándote a otros jugadores. Entras en una casa, coges un arma bastante buena y piensas "hoy sí, hoy me saco la partida". Sales de la casa y, sin previo aviso, alguien te llena el pecho de plomo. Ves la cámara de muerte y, sorpresa, resulta que tu némesis sabía que estabas detrás de la pared. Piensas "¿qué acaba de pasar?" mientras intentas salir de tu asombro. Pues lo que acaba de pasar es que acabas de ser víctima de una trampa / cheat, como quieras llamarlo.

Las personas que paseaban por los escaparates avisaban constantemente que uno de sus animales parecía no encontrarse bien. Se trataba de un agapornis de color amarillo, rojo y verde que parecía estar muerto pero la realidad era muy distinta.

El gremio critica que, después de meses repitiendo que había que apoyar a la hostelería, de cara al verano sea prácticamente imposible encontrar a personas dispuestas a trabajar gratis para continuar con este necesario apoyo en la temporada más difícil y decisiva del año. "Era un apoyo de boquilla", critican los hosteleros.

Tras años ignorando las voces que hablaban de esta posibilidad, esta semana un equipo de sociólogos de la Universidad de Massachusetts ha alertado de que la teoría conspirativa del “Gran Remplazo” podría ser real porque han comprobado que muchas personas blancas están siendo sustituidas por auténticos gilipollas.

Tras meses alardeando de sus “astutas inversiones”, Jaime Masiá Sánchez ha pasado de ser considerado un cryptobro -el término con el que se autodenominan los jóvenes expertos en criptomonedas- a ser considerado un mendigobro. “Hice caso de los memes equivocados y he acabado en la ruina”, ha explicado Masiá en las redes sociales. “Como cryptobro no creía mucho en el Estado, pero como mendigobro he empezado a ver las cosas de otra manera”, admite Masiá. También lamenta que aquellos que consideraba sus broos cuando él mismo era un cryptobro final

Trabajo por dinero. Podría hacer otra cosa pero, a estas alturas de la película, ya solo sirvo para trabajar de lo que trabajo. Me gustan más las vacaciones que dar clase al mejor grupo de los que tengo. Mucho más la nómina que las palmaditas en la espalda por el buen trabajo que hago. Las felicitaciones, que vengan en papel de curso legal. Mi ego no necesita más que poderlo satisfacer invitando a la gente que quiero a comer, a disfrutar de una sesión de cine o, simplemente, a comerme la paella de los domingos. Eso es vida.

Muchas veces vemos listas de los mejores discos de X banda y siempre son interesantes. El problema viene habitualmente porque estas listas siempre vienen contaminadas por la subjetividad. Hay discos que, en lo personal, nos tocan de cerca y son especiales, así que es siempre difícil tender hacia la ansiada objetividad. Aquí pretendemos que la suma de todas estas subjetividades (121) nos den un panorama amplio. Es una muestra española, eso sí, pero nos da un poco una perspectiva amplia y más que interesante.

Es una historia tan vieja como la vida: el experto que cobra solo por su nombre, y el hombre del pueblo que se encarga de la tarea por lo que realmente cuesta. La iglesia de Grimsby, en Lincolnshire (Inglaterra), se construyó alrededor del año 1114. Aunque la torre central que contiene el reloj, de 90 metros de altura, no se erigió hasta el año 1365.