Amanda J., natural de Huesca, vio ayer por primera vez la cara de su novio, con el que lleva saliendo desde hace más de seis meses. “Se me cayó el móvil al suelo, él se agachó para recogerlo y en ese momento nos miramos a la cara”, explica la joven. “Fue muy romántico”, añade. La chica admite que “al natural no es como yo lo imaginaba”, pero insiste en que el físico no importa “porque es posible que no nos volvamos a ver las caras hasta dentro de diez años, cuando se me estropee el teléfono o algo”.