El lenguaje médico jergal o informal, que emplea a diario el personal facultativo en cualquier hospital para comunicarse entre sí de forma rápida, críptica o cuando se siente entre colegas, recurre con frecuencia a los tacos o las expresiones malsonantes, pero convenientemente disimulados para mantener el carácter subrepticio de toda jerga. Así, ante un diagnóstico difícil, el médico puede recurrir al registro críptico jergal y echar mano de siglas como QMS («¿qué mierda será?») o epónimos como analítica Paver («pa' ver qué sale).