Llegas al metro en Ciudad de México y cuando vas a sentarte en el vagón notas que algo te incomoda. Sí, es un pene; en realidad es una reproducción en el asiento imitando el cuerpo masculino desnudo. El pene resulta molesto para todo aquel que se sienta, ya sea con intención o por equivocación. La campaña
#NoEsDeHombres pretende demostrar lo incómodo que es tener arrimado a alguien durante los viajes diarios en transporte público.