Un hombre amante de los gatos en Atenas, Grecia, dejó que una gata perdida entrara en su casa y empezó a darle de comer cada vez que lo visitaba. Una semana después, ella le trajo una sorpresa a su sofá. “La gata entró en mi casa secretamente un par de veces el último par de semanas, mientras estaba durmiendo o fuera y había olvidado cerrar la ventana. Veía pequeñas marcas aquí y allá