He decidido escribir una serie de artículos sobre este conflicto que lleva desangrando Oriente Medio desde el 2011. Primero un poco de contexto (es un poco largo).
Siria es un país multi-étnico (turcos, asirios, kurdos, árabes, etc.) y multi-confesional (musulmanes chiíes, musulmanes suníes, cristianos de distintas confesiones, drusos, yazidíes, etc.) nacido de las cenizas de la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial.
Entre 1920 y 1945, Francia gestionó Siria bajo un mandato de la Sociedad de naciones y dividió su territorio en estados en una base confesional: los cristianos del Monte Marón gestionaban el territorio del actual Líbano, los drusos un fragmento al sur de Siria, los alauitas la costa de Latakia y los sunies (la inmensa mayoría de la población - ~70%) se encargaban de dos estados: Damasco y Alepo.
Tras independizarse, participó activamente en el conflicto árabe-israelí y fue uno de los focos del panarabismo y del nacionalismo árabe no confesional. Mientras en Egipto se desarrolló bajo la figura de Nasser, en Siria comenzó a gestarse un nuevo partido nacionalista y panarabista, conocido como Partido Ba'ath.
Aunque el partido Ba'ath controla Siria desde 1963, a nosotros nos interesa a partir de 1970 cuando Hafez al-Assad se hace con el control del país y del partido gracias a un golpe de Estado.
Hafez al-Assad tiene una política que generalmente se basa en tres puntos:
Pese a la secularización y a la arabización impulsada por el gobierno ... Siria seguía siendo un país muy diverso y con grandes raices religiosas y tensiones internas que se hicieron más intensas debido al asentamiento de población de origen palestino y kurdo que huían de la represión y la guerra en sus países de origen. Finalmente, en 1982 explotó una rebelión islamista que fue suprimida por el gobierno y dejó hasta 40.000 muertos. La vuelta a la normalidad intensificó el control policial de la población civil con el uso de la Shabina y de la policía secreta.
La muerte de Hafez al-Assad en 2000 hizo que su hijo Bashar, "heredara su trono" y se hiciera con las riendas del control estatal. Su llegada al poder se consideró una entrada de aire fresco y que provocaría una flexibilización del control policial y político, pero tras una breve época, la persecución política y policial de la oposición continuó.
Y de esta forma, nos encontramos con un país gobernado con mano de hierro por un dictador, con graves diferencias y problemas internos (corrupción y poca libertad política e individual), que se mantiene en una tensa calma hasta que en 2011, con la Primavera árabe todo salta en mil pedazos.
Si utilizamos este mapa de principios 2013 sobre el control territorial de cada facción en Siria, vemos que cuadra bastante con la división étnica y religiosa del país:
¿Cómo se convierte una rebelión contra un dictador por la libertad política en una guerra sectaria? Pues es más fácil de lo que parece, tan sólo hay que entender que motivaciones tienen los patrocinadores de cada grupo, cada grupo interno en si mismo y explicar el contexto internacional. Pero eso será en el siguiente artículo.
Espero que no haya sido pesado y que sea de interés.
menéame