8 meneos
44 clics
Los gansos que salvaron Roma de los galos
En un día de verano en la antigua Roma, una lujosa litera es llevada con solemnidad en dirección al Circo Máximo. Su ocupante no es ningún senador ni tampoco una dama de alta cuna, pero llegados a su destino se le sienta en un lujoso cojín de púrpura. La escena podría resultar demencial a nuestros ojos, tanto por el espectador como por el espectáculo: es un ganso y lo que va a ver es la crucifixión de unos perros.
|
Click para ver los comentarios