Carmena y “el cambio” a favor del Imperialismo

No hay nada mejor como la aprobación del mayor proyecto urbanístico especulativo de la historia de la capital, la Operación Chamartín, para demostrar la verdadera cara de aquellos Ayuntamientos “del cambio”, que hablan de un mundo “donde caben todos” y de ciudades “diversas”; un mundo de conceptos abstractos que, en la realidad social, es un mundo con altos costes de la vivienda, desahucios de familias que residen en la capital y especulación. Y, como no, con el apoyo no solo del núcleo duro de Manuela Carmena y Podemos, sino también del resto de grupos municipales como PP, PSOE y Ciudadanos. 

Todos “a una” para garantizar un gran negocio urbanístico que aportará grandes ganancias tanto al banco BBVA como a la Inmobiliaria San José, principal promotora del proyecto. Ejemplos como las familias sin casa, como las viviendas vacías puestas a especulación con total impunidad o como la deuda pública, constituyen la faceta más cruda de la legalidad burguesa que tanto representa Manuela Carmena. Todo ello, en favor de los intereses de la reacción, en las condiciones marcadas por el capital, a la vez que el Ayuntamiento del “cambio” esgrime discursos oportunistas y manifiestos de intento de recolocación para asegurar mejores posiciones en las listas electorales. Esta verdadera cara es la de una institución, la de una persona y la de un partido y su postura social. 

Asimismo, en la arena política internacional, las breves declaraciones de Manuela Carmena sobre la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente “encargado” de Venezuela están en consonancia con su faceta de oportunista a favor del capital. En una entrevista realizada por Antena 3, la alcaldesa de Madrid ha dicho que apoya “sin ningún problema ni inconveniente” que se reconozca a Guaidó como presidente de Venezuela. Ha agregado que, según su opinión, no considera “en absoluto” que se trate de un golpe de Estado. 

Pero esto no es nuevo en el “gobierno del cambio”. La alcaldesa de Madrid, asociada con la reacción, siempre manifestó la supuesta vulneración de los derechos humanos de sus defendidos burgueses y continúa apoyando en público a golpistas y a personajes del imperialismo. Las declaraciones de la alcaldesa, siempre con las cámaras de frente y con la mayor publicidad posible, tienen lugar en la llamada “guerra psicológica” y juegan un rol clave en la opinión pública. Carmena no dice ni ha mencionado nunca nada sobre los atentados terroristas e intentonas de golpes de Estado financiados por el imperialismo. 

Huelga recordar que la alcaldesa “del cambio”, además de hacer seguidismo a la política del imperialismo europeo, defendió en su día al banquero Eligio Cedeño, acusado de financiar a partidos de la oposición y al contrabando mediante el lavado de dinero procedente del narcotráfico. Un señor que, a través de una juez, organizó una huida a Miami. Carmena defendió tanto a la juez como al banquero, a quienes calificó de “simples exiliados”. Cedeño guarda un estrecho vínculo con los “exiliados” establecidos en Miami y especialmente con Martin Lustgarden, opositor que en 2015 fue arrestado por lavado de dinero procedente del narcotráfico y por presuntamente financiar el paramilitarismo mexicano y colombiano en sus años infiltrado en Venezuela. 

Y todo ello a instancias del Partido Popular y de Ciudadanos. En 2016, Esperanza Aguirre también pidió a Carmena por escrito su implicación en la causa de Ledezma, presentado como preso político y luchador por la “libertad” y la “democracia”. La alcaldesa respondió a la dirigente del PP y le aseguró de que no existiría inconveniente alguno en reconocerlo. 

La flamante alcaldesa de Madrid también se reunió públicamente con la esposa de Leopoldo López. Este “demócrata”, promotor de graves atentados con el fin de motivar un golpe de Estado, cuenta con un historial represivo de larga trayectoria política donde siempre contó con el apoyo de EE.UU. y del FMI. Carmena no dudó en posicionarse con el imperialismo al apoyar a uno de los cabecillas de la revuelta fascista, responsable de la muerte de 43 personas, represor del pueblo en tiempos de la Cuarta República y miembro del equipo de Gobierno de Carlos Andrés Pérez, tirano que asesinó a miles de personas con total impunidad en el llamado “Caracazo” de 1989. 

Así que tenemos la figura del “cambio”, con una visión extremadamente “legalista”, pretendiendo dar una imagen pública de una gobernante que, ante todo, priorizaría el cumplimiento de la ley durante su mandato. Una imagen que ella impulsa por su anterior condición de jueza, pero que no duda en vulnerar en los momentos en los que hay que posicionarse a favor del capital. Carmena ha reconocido públicamente que el marco constitucional “no puede frenar los desahucios”, pero insiste en manejar este problema institucionalmente. Sin embargo, esas leyes han sido diseñadas en interés de los grandes poderes capitalistas y actúan en base a sus intereses particulares. Su cumplimiento resulta en opresión a la clase obrera, quien crea la riqueza social, e impide cualquier actuación en beneficio de los trabajadores y del pueblo empobrecido. Esta realidad social se manifiesta en la propia esencia del capitalismo, en su interés privado a favor de la clase dominante, que sigue incrementando beneficios y acumulando capital a costa de la clase trabajadora. Esta defensa de los “derechos humanos” es la de los banqueros y la de la acumulación de capital en interés privado, la de los enemigos de los trabajadores y de los pueblos y la de los tan serviles lacayos del capital. 

La alcaldesa apoya al golpismo venezolano y al imperialismo norteamericano; a las privatizaciones “al Consenso de Washington” defendidas por el propio Guaidó en su plan político y económico; a un opositor asesorado desde la Casa Blanca por Elliot Abrams, “demócrata” famoso por preparar grupos paramilitares y coordinar golpes de Estado. Carmena se posiciona junto al imperialismo y lo maquilla, afirmando que “no se trata de un golpe de Estado”, sino de “libertad” contra las “dictaduras horribles”, en defensa de los “derechos humanos”. Sin embargo, la alcaldesa nunca ha denunciado los bloqueos económicos, ni el sometimiento del imperialismo a los pueblos del mundo, ni el expolio de los recursos naturales de países tercermundistas, ni la explotación de hombres, mujeres y niños como mano de obra barata, ni las relaciones de la monarquía y el Gobierno español con dictaduras que descuartizan a sus oponentes políticos, como es el caso de Arabia Saudí, o con países que encarcelan y llevan a cabo verdaderas masacres de civiles como el Estado de Israel o Turquía. 

Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), denunciamos la complicidad de Manuela Carmena con el golpismo venezolano y con el imperialismo. La alcaldesa de la capital defiende golpes de Estado promovidos por el imperialismo y cubre sus crímenes con palabras que despoja de significado como “democracia” o “libertad”. Carmena se suma a las constantes campañas en favor del imperialismo, de conversión de víctimas en verdugos y viceversa, perpetradas por la propaganda mediática en complicidad con los políticos y gobiernos capitalistas, ejecutores de políticas neoliberales que imponen a la clase trabajadora mundial para hacerle pagar el ajuste por la vía del hambre, de la explotación y de la miseria. La adalid de los Ayuntamientos “del cambio” ha demostrado que, mientras no se cuestione el capitalismo, todo gobierno o partido, por muy progresista y “radical” que se presente, no hará más cambio que el de seguir con las políticas de siempre, que condenan y explotan a la clase trabajadora, y que se sitúan en la línea del imperialismo en su sometimiento de los pueblos del mundo.

Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Madrid

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