Un hombre que se ha hecho un blackout en la cara (tatuaje que consiste en cubrir una zona del cuerpo de tinta negra) se queja ahora de que sufre racismo: "Me han llamado Baltasar, minero y de todo", dice ante la incontinencia de risa de su entrevistador. Más consecuencias. Explica que tras tatuarse las orejas se quedó prácticamente sordo durante una semana. Otra situación entre lo hilarante y lo desesperante para él es que el iPhone no le reconoce la cara cuando quiere desbloquearlo: "Me dice que me quite lo que tengo en la cara".
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