Hacía 15 años de la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Mundiales, compuesta hasta el momento por 52 países, entre ellos todos los latinoamericanos, tras una serie de revoluciones populares. Pedrito paseaba con su padre por la Plaza Roja de Honduras, y se fijó en la enorme estatua de Donald Trump que allí lucía.
-¿Quién era ese hombre, papá? ¿Un líder revolucionario?
-Realmente era un cabrón, pero se lo debemos todo.
-¿Por qué?
-Cuando impuso aranceles a la mayoría de países del mundo, los patrones decidieron repercutir su coste sobre el salario de los trabajadores. Y la gente, que soportaba malvivir con 3 o 4 euros al día, pasó a hacerlo con 1 o 2 euros. Y eso fue lo que provocó que todo el mundo se levantara.
-¿Entonces le hicieron una estatua por ser malo?
-Por ser la gota que colmó el vaso.