El hallazgo de un esqueleto completo de pterosaurio (reptiles voladores emparentados con los dinosaurios, pero no dinosaurios) con un huevo entre sus piernas y aún sin poner, permite afirmar sin duda que dicho esqueleto pertenece a una hembra. En concreto a una hembra del género Darwinopterus. Otra característica del hallazgo es que, a diferencia de otros especímenes de este género, no se observan crestas en la cabeza, lo que implica un evidente dimorfismo sexual: los machos tenían crestas y las hembras no.