En palabras sencillas, no es otra cosa más que los efectos que nos hemos causado con nuestras acciones, pasadas, presentes y planeadas a futuro. Por ejemplo, si damos amor, recibiremos amor, y si damos odio, recibiremos odio. Esto es lógico, ya que las personas a nuestro alrededor reaccionarán según nuestro comportamiento con ellas ¿Te atreverías a abofetear a una persona que siempre te recibe con sus brazos abiertos, dándote amor? Sería una reacción que caería dentro de la psicología anormal si la respuesta fuera afirmativa...