“Mi empresa, que es una empresa grande, tiene una ETT interna”, resume Pilar (pide publicar un nombre ficticio por temor a perder el trabajo), subgobernanta en un establecimiento de lujo de una de las principales cadenas hoteleras de Madrid. Con 54 años y en el sector hostelero desde 1999, asegura que nunca había visto una precariedad y desprofesionalización tan elevada. “El trabajo de piso [atención y limpieza de habitaciones y zonas comunes de los hoteles] siempre ha sido duro, pero teníamos un convenio y unas condiciones mínimas...