Era un viaje normal como cualquier otro, los viajeros se dirigian a sus vacaciones en el Caribe cuando de pronto se sorprendieron al ver una gigantesca erupción volcánica, que envió una enorme nube de cenizas hacia el cielo. La explosión del volcán Soufriere Hills, en la isla de Montserrat, envió de ceniza hasta 1,220 kilometros. El espectáculo fue visto por el piloto de un avión al viajar a la isla de Santa Lucía. Inmediatamente alertó a sus pasajeros que se miraran hacia el lado izquierdo del avión.