Como casi todo lo relacionado con la historia de los vikingos, la colonización de Islandia resulta oscura y confusa, dada la escasez de las fuentes y su carácter legendario. De ellas se entresaca que unos misioneros cristianos británicos habrían sido los primeros en llegar a la isla en el siglo VIII d.C., siendo Garðar Svavarsson el primer escandinavo en establecerse hacia el 860 d.C. Sin embargo, el primer colono permanente se hizo esperar otros catorce años y se llamaba Ingólfur Arnarson.