Idesa, de Daniel Alonso, se reorienta hacia la energía eólica, el hidrógeno verde, el gas licuado, y el almacenamiento de CO2 para abrir mercados. La carencia de profesionales del metal con experiencia y competencias digitales se ha convertido en un obstáculo para el metal asturiano a la hora de abordar los nuevos proyectos de fabricación destinados a las energías limpias.