En la tarde del pasado domingo, muchos ferrolanos creyeron vivir el Apocalipsis bíblico. Se encontraban plácidamente tumbados en las playas, cuando sus ojos registraron una visión propia de El mago de Oz. Un tornado laberíntico se desplazó en lontananza, surcando la superficie del mar a dos quilómetros de la costa. Se inició en la ferrolana playa de Covas, entre Ponzos y Santa Comba. Pero llegó hasta el municipio de Valdoviño, en el arenal de Pantín, mientras muchos creían convertirse en Dorothys por un día.