Desde hace dos meses, una pequeña comunidad francesa registra una misteriosa lluvia que ya preocupa a sus habitantes, quienes prohiben a los niños jugar al aire libre, pues no caen gotas de agua sino heces fecales. La razón es la lluvia de excremento que se registra regularmente -tanto de día como de noche- desde mayo pasado, sin que hasta ahora las autoridades locales hayan determinado su origen, según reportes del diario francés Le Figaro.